Al inicio del proceso, en general, siempre aparece esa pregunta... ¿cuál es mi peso objetivo? ¿Cuál es mi peso ideal? ¿O a cuánto debería llegar? Y lucho fuerte contra esa idea.Tu cuerpo es bello así como es.Nos han enseñado desde tan pequeños —o especialmente desde tan pequeñas— que nuestro cuerpo está mal...
Claro que podemos ver y sentir que hay exceso de peso, y es muy atinado buscar un profesional que nos guíe para escuchar ese síntoma y aprender a darnos salud, pero no porque algo esté roto en nosotros.Vivir la etapa de aprendizaje e incorporación de hábitos que optimicen nuestra salud física —y con ello nuestra predisposición emocional para cada día— no debería estar eclipsado por el número objetivo en el horizonte. Ese número mágico que sacamos de la tabla de IMC, que además es una mentira, un error. No hay tabla que nos diga cómo vamos sintiéndonos dentro de nuestro cuerpo. Esas tablas están hechas para personas de otras poblaciones, con otras etnias y genética.
¡Hay tantos factores que alteran el peso además de la acumulación de tejido adiposo inflamado! Retención de líquidos, el aumento de algunos órganos como el intestino cuando se inflama, o los huesos cuando cambian su densidad...Ahora, si aprendemos a escuchar nuestro cuerpo, no vamos a equivocarnos. Y sabremos que vamos por el camino correcto cuando la experiencia de vivir en nuestro cuerpo es cada vez más confortable.
¡Además! Cuando hacemos un camino de hábitos sanos para llegar a un determinado número... ¿qué? ¿Tiraremos todo al tacho porque la balanza dice que llegué a un número?¿Y empezaré a retomar los hábitos que me habían llevado al malestar, a la falta de energía, al mal dormir, al dolor de rodillas? ¡Qué locura!
Sé que nos entrenaron para eso... pero somos libres.La información nos hace libres.El aprendizaje, la conexión con las sensaciones de nuestro cuerpo que nos guían, nos liberan.
Basta ya de índices que nos hacen sentir fallados o defectuosos.Nuestro cuerpo es nuestra responsabilidad, más allá de los carteles categóricos que nos quieran colgar.
Te propongo que te quedes en el presente, que es lo único real que existe, y pienses...¿Qué puedo hacer hoy para que mi cuerpo esté mejor y mejor?Y vayas por eso.
El proceso es mágico. Habítalo. Hoy. Ahora.