"El ejercicio no es para mi", "no es lo mío", "voy a hacerlo pero jamás lo voy a disfrutar" son pedidos de ayuda que escucho cotideanamente en el acompañamiento del cambio de hábitos y sanación de vínculo con el cuerpo.
Pero lo que encuentro debajo de esas emociones si rascamos un poquito es dolor, miedo, guerra con nuestro sagrado instrumento biológico.
Para desandar ese recorrido y reparar esta relación con el ejercicio, te propongo que no cumplas la condena de moverte sino que celebres la posibilidad de poder hacerlo.
Forzarte a transpirar para adelgazar nunca es el camino, por lo que no te estoy insistiendo en que adelgaces haciendo ejercicio. Sino que hagas ejercicio como forma de cuidado amoroso de tu cuerpo. No hay nada roto, ni defectuoso. Es tu cuerpo, y la actividad física lo fortalece, lo sana, lo habilita a más capacidades cada vez.
El movimiento constante es parte de su funcionamiento, estar indiferentes o negados con su forma de funcionar no nos cambia la realidad, sino que alimenta una guerra que cada uno puede elegir cuando terminar con su propio cuerpo.
Incertados en la vida moderna y en la vorágine de nuestra vida ultraproductiva, hacer el espacio para una nueva actividad es un gran desafío. Aunque podemos enfocarnos mejor en todo lo que hace más facil engancharnos en esta nueva rutina:
La sensación de bienestar es inmediata si la actividad es la correcta para vos. En los ejercicios de estímulo muscular (esos que al día siguiente se sienten un poquito en lugares que no sabías ni que tenías músculos), ese músculo tironéa del hueso generando un entramado más sólido, es decir, huesos fuertes. La actividad física genera una protección metabólica y una reduccción de riesgo de muchas enfermedades. En la actividad física sostenida en el tiempo también se ha demostrado la optimización de los ciclos de sueño con mayor energía durante el día.
Hay muchisimas disciplinas diferentes... algunas individuales, otras grupales, ritmicas o silenciosas, aeróbicas o musculares, en agua, en tierra, volando! (sí, ahora encontré una nueva pasion en el Bungee, googlealo!)
Cuál es la que más te sirve? La que hagas, por supuesto... Pero cuidado con un diálogo interno desganado... salir a caminar los findes no es hacer actividad física. Vamos! Sin miedo a los errores ni al proceso de aprendizaje. No te pierdas del disfrute por seguir patrones antiguos de competencia. Tu cuerpo te necesita, y vos necesitas a tu cuerpo en su mejor versión. Porque lo que no se usa , se deteriora. Porque nuestro cuerpo es la interfaz vincular con el mundo.
Ya seas principiante o avanzado, siempre es útil rodearte de personas que te acompañen, guien, enseñen y motiven.
Descubre disciplinas que no imaginabas y que pueden ser el camino para retomar el vínculo amoroso con tu cuerpo que se rompió quizas por una desafortunada indicación de transpirar para adelgazar.
Hacerte lugar y tiempo para realizar alguna disciplina que encuentres acorde a tu estilo, es una inversión en salud para el día de mañana. Porque estimulando el mantenimiento de tu masa muscular todas las funciones biologicas se optimizan, evitando asi la aparición de dolores, inflamaciones y otras disfunciones que pueden a llegar a molestar tanto que te generen perdida de dinero, tiempo, te hagan perder experiencias. Todo eso puede ser prevenido con el estimulo biológico positivo de la actividad física cotidiana.
Espero que te haya convencido y te decidas a llevarte a vos mismo de la mano a hacer distintas actividades para encontrar aquella que más disfrutes.
Y si ya estás haciendo actividad física, subite la vara un poquito cada día. No te quedes en zonas de confort, escucha tu cuerpo para que los esfuerzos sean graduales y amables, y acompañate cada día en una nueva meta.
Gracias por leer, estar ahi y compartir.